Buscar este blog
miércoles, 2 de marzo de 2011
SINDROME DE ACCIÓN EXTERIOR (Trabajos)
El Síndrome de Acción Exterior es una entidad clínica parapsicológica caracterizada por la presencia en el sujeto de una vivencia o sensación de naturaleza más o menos intensa, que está actuando sobre él para influirlo o dañarlo.
El sujeto atribuye esta actividad a una fuerza externa, casi siempre personalizada y en la mayoría de los casos encarnada en alguna persona cercana al sujeto. Un familiar, un amigo o un rival pueden convertirse en el agente causal del ataque.
SEMIOLOGÍA
El período de inicio de este cuadro en su forma más usual, se manifiesta por cuatro signos esenciales:
.- miedo (generalmente de naturaleza ominosa)
.- insomnio (acompañado de rumiaciones)
.- sueños reiterativos (generalmente de contenidos traumáticos).- estado de expectativa (sensación de que algo malo va a ocurrir)
Declarado el cuadro de estado los elementos semiológicos patognomónicos se pueden resumir en una tríada sintomática:
a) Estado de exaltación: el sujeto se muestra exacerbado y susceptible, especialmente en tres áreas: exuberancia de las conductas, hipertimia e hiperestesias.
b) Vivencias de ataque: se constituye una idea prevalente de ser atacado, que abarca toda la persona y a todas las conductas del sujeto. Todas las manifestaciones del sujeto están ordenadas en función de esta idea prevalente, hacia la cual mantiene una creencia inconmovible.
c) Desarrollo en sector: la convicción del ataque como creencia abarca un sector de la realidad del sujeto en la cual penetra como una cuña. En este sentido el pensamiento se desenvuelve con orden, claridad y coherencia.
Las formas terminales de este cuadro generalmente pueden clasificarse en:
a) Desorganización psíquica profunda del sujeto, que puede conducirlo en algunos casos extremos al suicidio o la parálisis psíquica.
b) Cronificación del cuadro, en donde el sujeto mantiene durante años esta vivencia de la que hace leit-motiv de su vida.
c) Remisión y eliminación del cuadro.
FORMAS CLÍNICAS
De manera general pueden ordenarse las formas clínicas en las cuales este síndrome se manifiesta en cuatro grandes variedades cada una con sus diferentes matices semiológicos. En el cuadro siguiente presentamos esta clasificación:
CONCEPTO
Nos encontramos con este cuadro clínico cuando una fuerza exterior y extraña al sujeto dirige sus pensamientos, orienta sus sentimientos y domina sus actos, todo esto con plena conciencia.
De manera general el sujeto siente estar sometido a una serie de comunicaciones o de “guía del pensamiento” que se le impone, así como la convicción de que le es adivinado lo que piensa.
SEMIOLOGÍA
Se trata de una vivencia intensa en donde el sujeto manifiesta su certeza de que alguien desde el exterior influye sobre él, dirigiendo sus actos y su ideación.
Por otra parte su voluntad se encuentra impedida para oponerse y se halla supeditada a una “voluntad” ajena. Este rasgo de heterodependencia, si bien es común a todo el síndrome, es particularmente intenso en este tipo clínico.
La influencia, expresada por varios métodos, se presenta como una forma de amenaza al YO, amenaza que pone en peligro su unidad, su estabilidad y su identidad.
Por contrapartida a esta influencia se desarrolla un sistema diferencial (autoreferencial) altamente estructurado en torno al rasgo central.
Es común que esta figura clínica, sea una fase inicial del cuadro Sensitivo de Relación, si bien puede funcionar como entidad independiente.
En su construcción predominan los mecanismos interpretativos de la realidad, y en los casos basados en procesos alucinatorios o intuitivos, el grado de gravedad del cuadro es significativo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario