Manos impacientes por demostrar otras cosas de lo que su amo y tirano les obliga a hacer, manos atacadas por la costumbre y monotonía de los días que pasan y pasan.
Eran jóvenes sin un lugar decente donde ir, el licor y ellas eran malos compañeros siempre lo serian por quitarles motricidad fina
Pero ellas sabían que eran la única prueba de una vida después de un cuerpo
A su amo le picaban todo el tiempo como si pasara por él una leve corriente eléctrica
Cuando el amo descansaba planeaban vengarse y se podía apreciar un espectáculo mudo para dos manos las mejores amigas, manos rebeldes que planearon un ataque de automutilación para su señor tirano el cual en una de sus noches de descanso perdió ambas en un lago de sangre a lo cual solo pronuncio esta pesadilla no me pertenece y luego solo un cuerpo inerte y sin manos quedo.
Escrito por: Arles Zambrano
No hay comentarios:
Publicar un comentario